No se como comenzaría esto. Iniciarlo significa que tendrá un fin como lo nuestro.
Tal vez en la brevedad de nuestros asuntos hubo más fallas que aciertos. Lo se.
Pero acertado es que reprobé tantas veces ese examen de admisión por vos.
Me he dicho en ocasiones que fue culpa de mis impulsos de sabiduría el fracaso de esto,
pero no abandono la idea de que yo no fui quién querías que fuese.

No fui el nombre que leía en tus ojos.Esos ojos que hablan del pasado.
No fui el inicio de algo nuevo.
He creído que para usted fui el receso de algo vigente.
De un amor en cólera del que no soy el protagonista.

Entonces, tal vez no fueron mis ingratos errores los culpables.
Tal vez ni siquiera fui yo.

Mi única equivocación fue pensar que había robado una parte de ti.
Mi equivocación posiblemente era jurar que tu mente estaba conmigo
cuando nuestros cuerpos se fundían en la humedad de aquellos besos.

En ese vagabundo cuerpo veía una inocencia proporcional a su juventud,
aunque aquí el niño crédulo siempre fui  yo.
En este asunto la inocencia es mi enemiga.

Esperar un segundo acto de esta función es como escapar de un laberinto sin salida.
Como tocar el sol.
Como morir sin el milagro de la vida.
No puede haber secuela de la primera parte que nunca hicimos.

Y admito yo mi culpabilidad en esto.
Sabía a lo que íbamos y a lo que andábamos por hacer.

Es que tú mirada derrama sed de experiencia, mientras yo andaba hambriento de amor.
Y ahí, tal vez en mi arrogancia, deba reconocer esa debilidad por usted.
Por su divinidad al caminar.
Por sus caderas que matan.
Por su atrevida juventud.
Por sus ojos, flor de mis deseos.

En mi arrogancia reconozco que es imposible hacerle el amor a un corazón ausente.
Pero al menos déjeme poseerla en nombre del desamor.
Por ese motivo en el que acudió a mi en primeras instancias.


Déjeme poseer sus despechos
sus ansias de calor
sus miedos y misterios
déjeme poseer sus más íntimos deseos.

Déjeme ver mi rostro en sus ojos perlados de tristezas y augurios,
déjeme verme allí,entre los escándalos de lo prohibido.

Si esto ha sido su descanso para darle espacio a la locura,
déjeme firmar ,con cada centímetro de lo que soy, su cuerpo
para que otro no deje su huelle aquí, donde estuve yo un día.
En ese milímetro donde fue mía.