El Lenguaje
Si bien es cierto, la comunicación existe desde tiempos remotos y su origen es tan propio pero tan incierto como la mismísima creación del todo, de Dios y la vida. Igual de místico, versátil, y hermoso es el lenguaje.
Hablar del lenguaje puede ser tan complicado y sencillo a la vez, el lenguaje es la expresión misma; lo que percibimos, observamos, oímos, tocamos, hacemos, las decisiones, los pensamientos, lo que escribimos, lo que soñamos e incluso hasta lo que callamos forma parte de la expresión. Pero la complejidad del lenguaje va más allá de los sentidos, más allá del humano, su pureza misma está en la naturaleza. La aurora, el constante crepúsculo, la belleza de las plantas y el surgimiento seguro de la noche; y los cambios de clima, esas nubes que hablan sobre tiempos de lluvia, y el romper de las olas tras las altas mareas; son todos estos maravillosos factores quienes nos expresan el lenguaje propio de la naturaleza, del mundo, ese mundo que es el principal precursor de la expresión en su sentido total, tal vez, el culpable del origen del lenguaje.
De ahí se inspira el arte, de la naturaleza, de lo mudo que puede ser cada acción, cada amanecer, cada muerte de una planta y cada nacimiento de una de ella, cada individuo en su pensamiento, cada animal, y hasta cada hormiga. Eso expresa Hesse en su poema titulado El Lenguaje, el cuál le recomendaría a cada ser viviente con el don de la lectura a que lo tome y lo haga suyo entre sus cosas por leer.
Somos la esencia del lenguaje mismo, y el humano a través de diferentes manifestaciones imita el lenguaje natural del mundo llamándolo arte.
Si hay un idioma universal ese sería el arte, La belleza de compartir expresiones y sentimientos, mensajes a través de lenguajes indirectos con distintas personas, sociedades y poblaciones. El arte expresa lo que el cuerpo habla, representa por medio de signos la intención del mundo, el significado de la vida y la expresión misma, el arte simboliza la cotidianidad del lenguaje de la vida de una manera global.
Ahora recuerdo lo que dice Fiora Davis ,en su libro La Comunicación no Verbal, donde reconoce que no le gusta la comunicación a través de llamadas telefónicas, no porque piense que es poco efectivo el sistema de telecomunicaciones sino por el hecho de que no vemos el rostro de nuestro interlocutor y no observamos las miradas y las expresiones, ahí dice la autora, que las palabras entonces pierden sus sentidos sin poder observar a la otra persona.
Desde mi punto de vista, me parece totalmente cierto lo que dice Fiora Davis, a veces el cuerpo habla más que las palabras, el lenguaje corporal es el lenguaje del humano en todo el mundo, es universal y es tan antigua como la existencia de la vida. Las miradas, la sudoración, la gestualizacion, la manera de vestir, de caminar, de escribir, la manera de llorar y sonreír, la manera en que encajamos en la sociedad, todos estos son signos de lo que somos y nos representan como individuos en la sociedad a través de lenguajes no verbales. Es allí donde comparto la idea de la escritora Davis, sin percibir todas estos signos de expresión no verbal la comunicación parece incompleta, hipócrita, ambigua y poco fiel, pierde la belleza de su ser, la esencia del lenguaje es su pureza.
Recuerdo también como han escrito libros sobre el galanteo humano y animal, como describen los cinco lenguajes del amor enfocados en actitudes humanas para con la pareja, como describen el acto sexual como la máxima representación del amor ¿y que es el amor? Al menos las religiones coinciden en que el amor es la fuerza máxima del hombre, es otro de los lenguajes universales del individuo, es de una manera un patrón que rige la comunicación y caracteriza las lenguas a nivel global.
Este versículo me pareció interesante para el tema planteado en este análisis:
"Tenía entonces toda la tierra una sola lengua y unas mismas palabras."
(Génesis 11:1)
1 comentarios
Lo has dicho todo y un poquitomás.
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