La fuerza de la vida
Ese pellizco de felicidad; los nubarrones de tristeza; ese primer llanto al abrir los ojos y ese último suspiro al cerrarlos para siempre; esa calidez de un abrazo; la sencillez de aprender a hablar y hasta de no hablar; esa erupción volcánica llena de látigos nerviosos cuando conocemos lo que atrevo a llamar amor ; esa desdicha helada que congela cada parte de un profundo abismo en nuestro ser cuando hay que dejar ir a quien cumplió con el momento que debía vivir en nuestra existencia y ahora se marcha para siempre, y ese despecho gélido cuando nos rompen en mil trozos aquellos sentimientos ; la adrenalina al estar en peligro, y esa magia bienaventurada heredada de Dios a la que llamamos comunicación; la frescura de la familia y la amargura de perderla; lo que pasa a través de las ventanas de nuestra alma, los ojos, y que se acaba en el momento en que la muerte nos da su primer y último , pero no menos congelado, abrazo se llama vida.
La vida, en donde no encuentro concepto alguno para calificarla. Sería como conocer al creador del mismo creador. La vida es eso y más. Es sonreír, llorar, correr, dormir, caminar, leer, conocer, comunicar, callar, estudiar, amar, olvidar, perdonar y mucho, extensamente mucho más. La vida es ese misterio que vamos resolviendo con los años; es la escuela que nos enseña desde que nacemos hasta que morimos lo más básico y hasta lo más profundo de la existencia misma y es esa la esencia de la vida, nacer y morir. Stefan Zweig escritor austriaco decía que “No basta con pensar en la muerte, sino que se debe tenerla siempre delante. Entonces la vida se hace más solemne, más importante, más fecunda y alegre” y en lo personal parece ser correcto. La vida tiene más valor cuando se sabe que podemos morir. Si no tuviésemos el privilegio de morir tal vez nunca sabríamos el honor que tenemos al vivir, y es ahí donde es posible que radique una de las más intensas fuerzas de la vida; saber que podemos desaparecer, simplemente dejar de existir en cualquier instante, pues la muerte nos podría esperar en cualquier esquina, en cualquier minuto o momento. Es la cita más segura que tenemos y sin previo aviso, por ende cada instante que tenemos el orgullo de poseer la potestad de suspirar, es un buen momento para sonreír y mirar al cielo, saber que solo eso es suficiente motivo para sonreír aunque incluso estés viviendo tu más negro nubarrón.
Ahora tú, mi estimado lector, pregúntate desde los rincones más profundos de tú espíritu : "¿Cuál es mi fuerza de vida? " .Hazlo, y estoy seguro que encontraras grandes hallazgos en tu vida.
1 comentarios
¡¡Excelente!! Me gustó :3
ResponderEliminarMi fuerza de vida es El Mundo.